Editorial: Playa de Ákaba
Prólogo: Lorenzo Silva
Páginas: 280
ISBN: 978-84-941451-7-9
Dep. legal: M-3203-2014
ISBN epub: 978-84-942108-9-1
P:V:P: 12€
P:V:P epub: 2,99€
Siempre es grato hablar de libros,
aunque no siempre se tenga delante al interlocutor que quiera hablar de ello.
Socialmente no es el tema más habitual, no suele hablarse de libros en los
cafés, como antaño, aunque sí se lea en el metro. Sin embargo, estoy convencido
de que cualquier día, al despertar, todos seremos entendidos en materia
literaria, o por lo menos como lo somos en cualquier deporte o en cuestión de
vinos. Cualquier lunes, ya no se hablará de fútbol, ni del programa televisivo
de éxito, se hablará de libros. Un señor, mientras pide una cerveza en la barra
del bar, escuchará cómo el camarero le preguntará qué le parece el monólogo interior
en la obra de James Joyce; o en la pescadería, mientras nos descabezan las
sardinas, el pescadero nos comentará la estructura circular del poema que escribió
ayer y que no le ha dejado dormir en toda la noche. El día menos pensado, cualquier
taxista dubitará entre entender a don Miguel de Unamuno como literato o como
filósofo, justo después de preguntarse por qué la RAE no recoge el verbo
dubitar. Eso lo veremos cualquier día, como también veremos que el Día del
Libro, festividad de Sant Jordi/Jorge, los políticos cederán a la literatura los
espacios que le arrebataron en las mesas, ya que dudo que lo cedan a la fiesta
en sí. Comprenderán que sus libros deberían tener salida en las campañas
electorales, en los mítines o en las miles de horas que les pagamos en la
televisión. Sé que algún día, quienes escriban sobre deportistas o deportistas
que escriban sobre sí mismos, me consta que se ha dado el caso, comprenderán
que se pueden vender sus libros en los eventos deportivos y no precisamente el
23 de abril. ¿Habrá que recordar que ese día se nos murió Miguel de Cervantes y
no un saltador de pértiga? Los aficionados al deporte, con total seguridad, cederán
en el proceso de convencimiento al que me estoy refiriendo. Nosotros no dejamos
de preguntarnos: ¿acaso existe un campeonato del mundo de poesía? ¿Se juega
cada fin de semana en primera división de novela, de cuento, de teatro, de
poesía o de ensayo? Sé que algún día toda la sociedad sabrá entender que los más
de veinte minutos que se dedican en los informativos al fútbol, y algunos menos
al resto de deportes, se repartirán equitativamente con la literatura. Incluso,
sé que queda poco para que los canales televisivos nos ofrezcan tanta oferta
literaria, que no sepamos a cuál conectarnos y tendrán tanto reconocimiento
esos programas, que nos abocarán a la piratería y nos los tendremos que descargar
de Internet para estar al corriente en últimas tendencias; mientras tanto,
mientras los acontecimientos nos llevan a lo venidero, nos quedará el Día
Diderot, que se celebra el 26 de abril en Barcelona.
En el año 1763, Denis Diderot escribía su Carta sobre el comercio de libros, encargo solicitado por la Comunidad de Libreros de París, para defender la situación en la que habían caído escritores y libreros. Se solicitaba el reconocimiento de un trabajo y la defensa de unos derechos, tanto para autores como para los libreros, a los que hemos de entender también como editores. Pasados más de dos siglos, continuamos con serios problemas en el mundo de la edición y de los derechos de autor: bajan las ventas, sube la piratería y los impuestos, entiéndase en el orden que se prefiera. La editorial Playa de Ákaba vuelve a sacar un nuevo libro, esta vez es un trabajo reivindicativo que se atreve a poner delante de los ojos de todo amante de la literatura algunos de los más acuciantes problemas que observamos en torno al mundo de los libros. Son veintisiete autores que a través de sendos artículos plantean problemas y soluciones. Entre los colaboradores encontramos a los padres de la editorial que lanza su voz, me refiero a Noemí Trujillo y a Lorenzo Silva, así como diversos autores del mismo sello; recordemos a Herminia Meoro, Óscar Solana, Ana Mª trillo, Elías Gorostiaga, Marta Rodríguez Iborra, Efraím Suárez, Sergio Arrieta, David Yeste o, la profesora, Rosario Curiel, así como Eugenio Asensio, quien emborrona esta página, entre otros autores que han querido expresarse en ese libro. Vale.
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