domingo, 9 de noviembre de 2014

666


Permitidme que antes de meternos en harina hablemos de la editorial Suburbano y después nos centremos en el triple seis del título. Se trata de una editorial que publica en digital desde Miami. Sus textos son en español y se consolida, en internet, como la página más visitada en lengua española, desde EE.UU. Muestra su catálogo autores solventes como Sergi Bellver, con su libro de relatos, Agua dura, autor que colaboró en el volumen coordinado por Elías Gorostiaga, Nómadas, publicado por la muy activa Playa de Ákaba (Noemí Trujillo y Lorenzo Silva).

     De acuerdo, el título es llamativo. ¿Acaso hoy en día, alguien huiría de un título que llama la atención? Suburbano ha publicado este libro de relatos que nos habla del demonio y sus alrededores. Por supuesto que eso del 666 tiene un largo recorrido, y no me refiero al Apocalipsis (que también) sino a una literatura que podríamos llamar de kiosco, pasando por películas maravillosas y de las otras. Pero este libro no se encuentra en los kioscos. Carmen Jiménez ha sabido seleccionar y superar el peligro que conllevaba el proyecto. Ella se ha encargado de recoger los títulos del volumen, como también de defenderlo en el prólogo.

     Ya de vuelta con el maligno, en el volumen digital 666, nos vamos a encontrar con seis historias y seis autoras que presentan sus particulares apuestas, con un estilo muy diferente en cada relato. Digamos que asistimos a seis proyectos literarios, técnicamente hablando, pero con un válido común denominador: el terror.

     Hablar de los subgéneros parece que nos lleva a presentar siempre una mirada comprensiva, en el mejor de los casos; pues para los más puristas, la literatura debe dar respuestas a cuestiones que tienen que ver con lo más hondo y conflictivo del ser humano, cosa que los subgéneros abordarían de soslayo. Superando prejuicios, el libro que aquí presento muestra en sus relatos una prosa de altísimo interés y una destacada solvencia en las seis historias narradas.

     Estas son las autoras: Elia Barceló, Cristina Cerrada, Marta Sanz, Pilar Adón, Esther García Llovet y Susana Vallejo. Me ha seducido especialmente el desarrollo de textos como el de Cristina Cerrada, Soldaditos de Plomo. Me ha trasladado hasta algunas historias creadas por autores norteamericanos próximos a Raymond Carver: la vida oscura y lo subterráneo de los personajes succionan al lector hasta que este se ve dentro de una historia sórdida con un final de los que fluyen al tiempo que arrastra al lector. Así, algo sucede que se acerca a escondidas y que consigue impactarnos. 

    Interesante, y sé que me quedo corto, para hablar de la estructura, y mucho más, que sigue Marta Sanz en su relato, Exorcismo. Un dolorcillo inexplicable. Leemos:

3. Cuando un dolorcillo inexplicable ─verdadero o falso─ anida en las costillas justo debajo del pecho izquierdo, eso es el demonio. La mancha en la momografía. Cruzo los dedos para que ese diablo no se me meta en el cuerpo. Y me pongo una cruz y le doy un beso antes de dormir o no dormir. (pág.40)


      Otro relato, que vale la pena mencionar, nos ubica en la Alemania del nazismo, que lleva por título: Tuyo, Friedrich, de Susana Vallejo. El relato, a través del género epistolar, nos presenta una historia que avanza carta a carta. Nos topamos con el dramatismo de los campos de concentración, narrado por un protagonista ajeno al dolor, sentimiento que se funde con la relación más sentimental. El narrador, desde una distancia impermeable a la tragedia, todavía se atreve a proyectar su vida con la frivolidad de quien la impunidad lo protege.

     Como Auschwitz está mejor comunicado, podré acercarme a Berlín con mayor asiduidad. No volveremos a estar alejados durante tanto tiempo (…)
         Te quiero, mi amor. Sueño con el momento en el que vuelva a tenerte entre mis brazos (…)
         Ese momento por fin se acerca, Hannah.
         Tuyo para siempre, Friedrich.
         F.                                                                                                               (Páginas 71, 72)

     Podría anotar más citas y detenerme en todas las autoras; no obstante, reitero mi apuesta por este libro. Por su parte, felicito y deseo que el libro llegue muy lejos, pues el proyecto lo vale y aquí aplaudo a la editora, Carmen Jiménez, por su acierto. Vale.







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