Poderoso
caballero es don dinero
Madre, yo al oro me humillo, Sus escudos de armas nobles
él es mi amante y mi amado, son siempre tan principales,
pues de puro enamorado que sin sus escudos reales
anda continuo amarillo. no hay escudos de armas dobles;
Que pues doblón[1] o sencillo[2] y pues a los mismos robles
hace todo cuanto quiero, da codicia su minero[6],
poderoso caballero poderoso caballero
él es mi amante y mi amado, son siempre tan principales,
pues de puro enamorado que sin sus escudos reales
anda continuo amarillo. no hay escudos de armas dobles;
Que pues doblón[1] o sencillo[2] y pues a los mismos robles
hace todo cuanto quiero, da codicia su minero[6],
poderoso caballero poderoso caballero
es don Dinero. es don Dinero.
Nace en las Indias honrado, Por importar en los tratos
donde el mundo le acompaña; y dar tan buenos consejos,
viene a morir en España, en las casas de los viejos
y es en Génova enterrado. gatos[7] le guardan de gatos.
Y pues quien le trae al lado Y pues él rompe recatos
es hermoso, aunque sea fiero[3], y ablanda al juez más severo,
poderoso caballero poderoso caballero
es don Dinero. es don Dinero.
es don Dinero. es don Dinero.
Es galán y es como un oro, Y es tanta su majestad
tiene quebrado el color, (aunque son sus duelos hartos),
persona de gran valor, que con haberle hecho cuartos,
tan cristiano como moro. no pierde su autoridad;
Pues que da y quita el decoro pero, pues da calidad
y quebranta cualquier fuero, al noble y al pordiosero,
poderoso caballero poderoso caballero
es don Dinero. es don Dinero.
tiene quebrado el color, (aunque son sus duelos hartos),
persona de gran valor, que con haberle hecho cuartos,
tan cristiano como moro. no pierde su autoridad;
Pues que da y quita el decoro pero, pues da calidad
y quebranta cualquier fuero, al noble y al pordiosero,
poderoso caballero poderoso caballero
es don Dinero. es don Dinero.
Son sus padres principales[4], Nunca vi damas ingratas
y es de noble descendiente, a su gusto y afición;
porque en las venas de Oriente que a las caras de un doblón
todas las sangres son reales; hacen sus caras baratas;
y pues es quien hace iguales y pues hace las bravatas
al duque y al ganadero, desde una bolsa de cuero,
poderoso caballero poderoso caballero
es don Dinero. es don Dinero.
al duque y al ganadero, desde una bolsa de cuero,
poderoso caballero poderoso caballero
es don Dinero. es don Dinero.
Mas ¿a quién no maravilla Más valen en cualquier tierra
ver en su gloria sin tasa (¡mirad si es harto sagaz!)
que es lo menos de su casa sus escudos en la paz
doña Blanca de Castilla[5]? que rodelas en la guerra.
Pero, pues da al bajo silla Y pues al pobre le entierra
y al cobarde hace guerrero, y hace propio al forastero,
poderoso caballero poderoso caballero
es don Dinero. es don Dinero.
[1]
RAE: m. Moneda antigua de oro, con diferente valor según las épocas.
[2] Se gún la RAE: adj. Dicho de una moneda: Pequeña,
respecto de otra del mismo nombre, de más valor. Real de plata
sencillo.
[3]
Equivale a feo.
[4]
De alta alcurnia.
[5]
Hija de los reyes de Castilla (S. XIII) que se casó con el futuro rey de
Francia, Luis VIII.
[6] En la edición de Vicens Vives (ISBN: 9788431697587) se interpreta del siguiente modo:«los mismos barcos que traen el oro de América codician la mina (minero) del oro».
[7]
Entre los diferentes significados que recoge la RAE: 8. Bolso
o talego en que se guardaba el dinero. Dinero que se guardaba en el gato. Ladrón, ratero que hurta con astucia y engaño.
Contextualización
Barroco
Letrillas
Sátira
Conceptismo
Poesía tradicional
Introducción
La composición es una letrilla escrita por Fco de
Quevedo (Madrid, 14 de septiembre de 1580-Villanueva de los Infantes,
Ciudad Real, 1645), poeta barroco por excelencia. Nos encontramos ante
un poema de carácter satírico, pero que no se aleja de aspectos de tipo moral o,
incluso, social.
Tema
El poder ilimitado del dinero.
Estructura
externa
El poema se compone de diez estrofas. Se trata de una
letrilla, variante del villancico, cuya estructura es: abbaaccc. La rima es
consonante y los versos octosílabos, excepto para el último verso de cada
estrofa, que es pentasílabo. Los dos últimos versos forman
un estribillo, que se repite al
finalizar cada estrofa, y es en este donde se encierra el objeto temático de la
composición.
Estructura
interna
Son octetos las estrofas que componen este poema: seis versos más dos del estribillo. Cada una de
ellas tiene como denominador común el poder del dinero, por lo cual podemos
decir que la coherencia temática es obvia y eso nos lleva a no dividirlo en partes.
Análisis
De la misma manera que en la obra de Góngora o Lope se
puede rastrear la presencia de la tradición popular, llegados a Francisco de
Quevedo también lo podemos decir. El poema tiene como referente un refrán que,
como todos los refranes, guarda gran sabiduría. En este caso, entendemos que cada
octeto tiene el valor de glosa, respecto al estribillo, en este caso, refrán, con lo cual se va desarrollando el tema
apuntado, así como se incorporan matices sobre lo que se puede conseguir con el
dinero.
Empieza
el poema al modo de otras composiciones de carácter tradicional en los que una
joven se dirigía, en primera persona, a su madre para contarle sus penas de
amor. Con ello, la primera palabra, «Madre», inicia el apóstrofe y nos sitúa en
el contexto en el que se desarrollará el poema.
A lo
largo de los versos observaremos diferentes recursos, uno de los más destacados
será el de la personificación, concretamente, consistirá en atribuirle al
dinero (o al oro) características humanas. El fingimiento se observa en que la
joven se muestra enamorada del dinero y habla de él como si se tratase del amado ausente. El estribillo sería un buen ejemplo de ello. Toda la primera estrofa
desarrolla la personificación de considerar al dinero un amante que recoge las
características de los enamorados, aprovechando en este caso el color amarillo
de estos y el amarillo del oro, con lo cual llegamos a una dilogía, recurso que
en esta composición adquiere un papel fundamental. Se trata de un juego de
agudeza para dar a entender no solo lo que se dice, sino también lo que se
calla o se agazapa en lo dicho.
Por
otro lado, en los términos «doblón» y «sencillo», el poeta alude a diferentes
monedas, a la de oro, «doblón», y a otra de menos valor, «sencillo», por lo tanto, entendemos que el dinero, representado en cualesquiera de sus formas,
encierra siempre mucho poder[8].
Tan importante como el significado es jugar con las
palabras; por ello el poeta presenta una antítesis en los términos señalados, con
la finalidad de abarcar toda la dimensión que alcanzan las monedas, desde la
que es de oro a la inferior.
En la
segunda estrofa, de forma elíptica para el sujeto, vemos que está dedicada a
presentarnos el recorrido del dinero, desde su origen hasta su pérdida. Se dice
que llega desde América a España, donde, como si se tratase de un ser vivo,
muere. La personificación se continúa para aludir a los banqueros genoveses,
que eran quienes sufragaban las campañas militares de los tercios españoles. Son
la mayoría de estrofas las que presentan un doble tratamiento temático; es
decir, se observa en ellas dos partes que, aunque mantienen la temática del
poder del dinero, tales partes se diferencian en que cada una añade diferentes aspectos
al mismo tema. En ese mismo octeto, en un cambio rotundo del rumbo que se
tomaba para enfilar la estrofa, se trata
otra característica del mismo tema, el de acrecentar las cualidades estéticas
de quien posee el dinero.
Vamos
observando las infinitas posibilidades sociales que le abre la riqueza a quien la
posea. Vemos que el dinero, además de ensalzar al rico, supera prejuicios de
clase y de religión. Aquí hace su aparición el oxímoron: «tan cristiano como
moro». Por lo leído, con el dinero ya no existe ningún tipo de obstáculo social
ni de apariencia. Como sucedía en la estrofa anterior, en esta también nos
encontramos con un segundo aspecto relacionado con el primero. En esta segunda
parte de la estrofa se pasa a hablar de otro logro que se adquiere con lo material. Partiendo una vez más de la oposición de elementos, en este caso,
oposición verbal, el autor nos lleva hasta una paradoja que alcanza un valor
ético: «Pues que da y quita el decoro», por otro lado, Quevedo no deja de
aludir a cuestiones de carácter social: «y quebranta cualquier fuero», para
situar a quien posee la riqueza, por encima de ley.
El conceptismo estruja las palabras
y las eleva en un juego cuyo uso aporta significados nuevos. En la siguiente
estrofa nos habla del lujo y de la riqueza provenientes de Oriente, sin olvidar la proximidad fonética entre oro y oriente.
Una vez más vemos la dilogía, que amplifica los significados. Leemos: «porque
en las venas de Oriente / todas las sangres son reales». Nos encontramos con el
doble sentido del término «reales», que además de representar a la realeza,
también se refiere a la moneda, por consiguiente, seguimos viendo la exaltación del capital.
La dilogía se une, en la segunda parte del octeto, a una antítesis: «al duque y
al ganadero», en la que al poeta le parece asombroso que el poder del dinero
iguale a los miembros de diferentes clases sociales.
En el primer verso de la quinta
estrofa destaca el uso de la interrogación retórica, que pretende abrir la
reflexión en los receptores de los versos. Destacará la pregunta por la
presencia de la dilogía en la palabra «Blanca» que, si por un lado se refiere a
la princesa de Castilla, por otro, a la moneda de escaso valor. Como viene
siendo habitual, en esta estrofa también se enlaza la dilogía con la antítesis:
«Pero, pues da al bajo silla / y al cobarde hace guerrero». En realidad se
trataría de una doble antítesis, recurso propio del conceptismo barroco. Si en
un verso se opone al de baja condición, recogido en la expresión «da al bajo»,
la idea de alta condición social se recoge en el vocablo, «silla». En el
verso siguiente leemos: «y al cobarde hace guerrero», que de igual manera
encierra dos ideas contrarias.
Tal
vez lo más destacado de la sexta estrofa sea el uso que el poeta hace del término «escudo».
Tal palabra responde a tres realidades: referente a las armas; a la moneda; y al
distintivo, escudo nobiliario. El concepto que se presenta es que sin los
escudos (monedas) no se pueden alcanzar los escudos nobles.[9]
El
segundo tratamiento temático, ya en la segunda parte de esta estrofa, nos
ofrece una muestra de conceptismo para referirse a la avaricia que despierta la
riqueza:
«y
pues a los mismos robles
da codicia su minero[10]»
da codicia su minero[10]»
El poeta quiere decirnos que a los
mismos barcos procedentes de América, aquí recogidos en la sinécdoque «robles»,
que es el árbol del que se obtiene la madera con el que se construían, les
despierta la codicia, recogida en la palabra «minero», o sea, quien extrae el
oro de la mina.
En la
siguiente estrofa el poeta, llevado por su ingenio, quiere conducirnos a la
confusión léxica. La palabra «gato» adquiere diferentes significados y varios
de ellos son posibles. Si por un lado significa dinero, también es la bolsa
donde este se guarda, o bien, significa ladrón. Al decir «gatos le guardan de
gatos», nos dice que en los bolsos se guarda el dinero para que los ladrones no
lo puedan robar, así como que el dinero protege de los ladrones; pero también que
ladrones protegen de otros ladrones. Las combinaciones son varias y los
significados, también. En la segunda parte del octeto entra por primera vez la
Justicia, la cual, en palabras del poeta, parece susceptible de ser corrompida
por el brillo del dinero. En estos versos, vuelve a ser la antítesis el recurso
escogido por el autor: «y ablanda al juez más severo».
En estos versos se pueden enlazar
las palabras, «tratos» y «recatos», que
nos llevarían a entender que las interpretáramos como acuerdos de tipo sexual.
Quevedo nos dice que el recato y la moral dejan de ser obstáculos cuando es el
dinero el que aparece.
Entre las cualidades destacadas para
el dinero, ya en la octava estrofa, observaremos que la división de este no afecta a su
valor. El dinero se identifica con vocablos como «majestad», «calidad» o «autoridad»,
como si se tratase de algo cuasi prodigioso. Por ello consigue lo que nada ni
nadie lograría, dar calidad «al noble y al pordiosero». Observamos que de
nuevo la antítesis resulta esencial para exponer y destacar las propiedades de la vil materia.
Esta estrofa enlazaría con la séptima en lo referente a la cuestión que arriba se concretaba en los términos «tratos» y «recatos». La estrofa se refiere a la mujer y a su afición a lo material. Cuando Quevedo se refiere a «las caras de un doblón», se está refiriendo, de nuevo a través de la dilogía, tanto a las caras de la moneda como a las caras de los RR. CC. que eran las que aparecían acuñadas en los doblones. Además, en este texto, escrito al más puro estilo conceptista, parece que nunca se acaban de agotar todas las posibilidades léxicas. Cuando el poeta apunta que las mujeres, gracias al dinero son más fáciles de conseguir («que a las caras de un doblón / hacen sus caras baratas»), se desarrolla la idea a partir de, una vez más, del encuentro de sus opuestos, en concreto, del uso del oxímoron.
Esta estrofa enlazaría con la séptima en lo referente a la cuestión que arriba se concretaba en los términos «tratos» y «recatos». La estrofa se refiere a la mujer y a su afición a lo material. Cuando Quevedo se refiere a «las caras de un doblón», se está refiriendo, de nuevo a través de la dilogía, tanto a las caras de la moneda como a las caras de los RR. CC. que eran las que aparecían acuñadas en los doblones. Además, en este texto, escrito al más puro estilo conceptista, parece que nunca se acaban de agotar todas las posibilidades léxicas. Cuando el poeta apunta que las mujeres, gracias al dinero son más fáciles de conseguir («que a las caras de un doblón / hacen sus caras baratas»), se desarrolla la idea a partir de, una vez más, del encuentro de sus opuestos, en concreto, del uso del oxímoron.
Llegados a la última estrofa, el
primer elemento que nos llama la atención es una nueva personificación del
dinero, pues se le considera «sagaz». A través de ese adjetivo el poeta le está
atribuyendo una característica humana, pues no es en sí sagaz el dinero, sino quien lo posee.
Hemos de añadir que nos encontramos en
estos versos con una serie de oposiciones que refuerzan la intención del autor,
que viene desarrollándose desde el principio del poema, como es sabido: la
exaltación del dinero. La décima estrofa es casi un corolario, pues por el uso
del polisíndeton parece que el autor pretende conducirnos hacia una conclusión.
Veamos las antítesis de este último octeto. A primera vista puede parecernos que en el verso en el que leemos «sus escudos en la paz», nos presenten una antítesis, sin embargo, y sin descartar la dilogía, predomina el significado de moneda frente al de arma defensiva. El equívoco al que pretende aproximarnos el autor se reafirma en la palabra del verso siguiente: «rodelas», pues se trata de un tipo de escudo, ahora dentro del ámbito guerrero.
Veamos las antítesis de este último octeto. A primera vista puede parecernos que en el verso en el que leemos «sus escudos en la paz», nos presenten una antítesis, sin embargo, y sin descartar la dilogía, predomina el significado de moneda frente al de arma defensiva. El equívoco al que pretende aproximarnos el autor se reafirma en la palabra del verso siguiente: «rodelas», pues se trata de un tipo de escudo, ahora dentro del ámbito guerrero.
El juego conceptista llega hasta el
final del poema. En el penúltimo verso leemos: «Y pues al pobre le entierra».
Cuando menos, son dos las interpretaciones a las que nos lleva. De una parte se
puede entender en un sentido literal; es decir, con dinero se paga el
entierro del pobre. Pero ello no sería una excepción, pues podríamos añadir que con dinero se paga el entierro para cualquier individuo del arco social.
Ello nos lleva a una segunda interpretación, que sería la que nos dice que el
afán del pobre por el dinero tiene un final trágico, además de la alusión a la lucha inútil del pobre por alcanzarlo. Las dos últimas interpretaciones parece que se ajustan más al aspecto crítico y satírico del poema,
que enlazaría con estrofas anteriores en las que se cuestionaban algunas costumbres.
El cierre de todos los versos nos
viene, como decíamos, desde el polisíndeton. La «y» pretende aportar el último
elemento de una enumeración, y en esa última, nos volvemos a encontrar con el
oxímoron: «y hace propio al forastero», por lo tanto, con el dinero suficiente
no nos encontraremos rechazados en ningún lugar.
Conclusión
Se trata de una letrilla que, como
tal, busca un tono satírico con su ineludible crítica social. A modo de
canción, que se acogería a la tradición literaria con un recorrido desde las
jarchas, pasando por las cantigas de amigo, entre otras composiciones, el autor crea a un personaje, que podría ser una joven, para que esta se dirija a su
madre y le muestre su pasión por un caballero que no es otro que el dinero.
Entre los recursos que el autor utiliza para llevar adelante su propuesta,
destacaríamos aquellos que presentan la oposición de elementos, como la
antítesis o el oxímoron, junto a estas, también las dilogías y la
personificación. El poema en su desarrollo mantiene una línea continua; es
decir, no hay una parte de máxima tensión, sino que su evolución es uniforme, aunque destacada desde la primera estrofa.
[8]
También existió una moneda que se llamó doblón sencillo.
[9]
Véase, Poesía española, edición de
Vicens Vives. Barcelona, 2011.
[10]
En la edición de Vicens Vives (ISBN: 9788431697587) se interpreta del siguiente
modo:«los mismos barcos que traen el oro de América codician la mina (minero)
del oro»
¡Excelente!! Hoy voy a hablar de este poema en mi historia de Instagram y esto me sirvió muchísimo. Muy bueno y completo el análisis.
ResponderEliminarMuy bueno. Muy serio el trabajo.
ResponderEliminarGracias, me salvaste la expo de lite :)
ResponderEliminarEstupendo análisis. No había relacionado los robles con los barcos en la sexta estrofa. En la quinta estoy considerando "ver en su gloria sin tasa " como la ausencia de tributos y de templanza económica, que implicaría mayor disponibilidad de dinero (esto sería 'la gloria'); y "que es lo menos de su casa" lo interpreto como que en uno mismo no debe escatimarse en gastos.
ResponderEliminarMuy buena información!!
ResponderEliminar